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Este es el traductor de vídeos que está rompiendo Internet

En redes sociales no se habla de otra cosa. Rask es una herramienta que nos muestra el inmenso potencial de la Inteligencia Artificial a la hora de doblar vídeos en diferentes idiomas.

¿Qué es rask.ai y cómo funciona?
¿Son fiables las traducciones de Rask? 

Si te mueves de vez en cuando por Twitter o TikTok, te habrás percatado que de unos días a esta parte es tendencia lo de encontrarte el mítico vídeo del Fary en el que habla de la repugnancia que siente ante el hombre blandengue, pero con el artista español de los ochenta por antonomasia con un manejo inusual del inglés. ¿El Fary depuró mucho el lenguaje de Shakespeare con la intención de seducir a Ava Gardner? Pues no exactamente, oiga. 

Tampoco José Tojeiro, héroe local al que dos mujeres en compló por el poder de la prespitación nos contó su vergonzante historia en italiano. Ni Chiquito de la Calzada se ha tirado al ruedo contando el inefable chiste del concejal de Cuenca (-Pues aquí un concejal de Cuenca no es nadie -Y en Cuenca tampoco)

Y así con cualquier vídeo que forme parte del imaginario colectivo de este nuestro singular país. ¿Y a qué se debe este boom de creatividad en redes? A una app o herramienta llamada Rask que acaba de revolucionar el mercado. Te contamos por qué. Pero antes, pásate por nuestra web y déjate asesorar. Mira, es gratis, es rápido y es el colmo de eficiente. Y te haces con una tarifa de telefonía, Internet y TV a la altura de tus necesidades. Abraza el ahorro de una vez con Ysi. 


¿Qué es rask.ai y cómo funciona?

Rask es la app causante de todo este revuelo. Se trata de una aplicación que mantiene la voz de la persona que aparece en el vídeo, pero traduciéndolo a más de 130 idiomas diferentes. El resultado es, sencillamente, espectacular. 

Es tan sencillo como entrar en rask.ai y seguir los pasos especificados. Eso sí, elige bien con qué vídeo quieres probar ya que solo tienes una oportunidad de usarlo de forma gratuita. Un vídeo gratis al que tendrás acceso pinchando en “try it free”. Eso sí, tiene requisitos, no puede pesar más de 100MB o durar más de 20 minutos. 

¿Y si te gusta la cosa y quieres más? Pues ahí ya toca suscribirse, pagando un precio que va desde los 59 dólares la más barata hasta los 559 dólares si quieres la experiencia completa. 

En cuanto al uso de nuestro idioma, encontramos que existen muchas posibilidades: tienes español de España, claro, pero también con dejes latinos propios de Argentina, El Salvador, Cuba, Chile, Colombia…Un abanico impresionante. 

Aparte de monear con vídeos ya existentes y convertirlos en virales para echar unas risas, la herramienta tiene incontables aplicaciones. Imagina por ejemplo que trabajas en una empresa internacional y quieres enviar un audio en portugués/suajili/noruego. Basta con grabarlo y la herramienta lo traduce a cualquier idioma utilizando el timbre de tu voz. Ya nadie podrá echarte en cara jamás que no eres un auténtico políglota de tomo y lomo. 

También resulta todo un puntazo si eres creador/a de contenidos y buscas una audiencia mucho más global. De todo el planeta Tierra, por ejemplo. 

¿Son fiables las traducciones de Rask? 

Pues a ver, la cosa es que la traducción da el pego mejor que bien, pero sí es verdad que cuando se encuentra con frases donde la jerga está presente, le cuesta un poco más dar el do de pecho. Eso sí, en lenguaje estandarizado se defiende a las mil maravillas. Además, permite que indiquemos el número de personas que aparecen en el vídeo, para traducir con sus mismas voces los diferentes apartados. 

La demanda que está teniendo esta aplicación es tremenda. Y eso que tiene competidores, como heygen.com , una web que hace exactamente este mismo trabajo de traducción. Con la evolución en ciernes de la inteligencia artificial, esto parece solo el principio. Y es que la traducción automática está desarrollándose una barbaridad, y lo de tener una app que te permita comunicarte en el momento con cualquier persona, hable el idioma que hable, ya es más tangible que nunca. 


Foto autor

Autor: Christian Val

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