Soy robot, a qué quieres que te gane
AlphaZero, creado por Google, ya puede ganarte a cualquier juego de mesa que imagines.
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Bueno, lo primero una matización rápida. A cualquier juego de mesa no es técnicamente a lo que nos referimos, porque de primeras te aseguramos que esta inteligencia artificial no nos gana a cosas como el Parchís o la Oca. Pero ten mucho cuidado con los juegos donde la estrategia y el cavilar estén presentes. Ahí nos tememos que no tienes nada que hacer.
Echando un poco la vista atrás, lo primero que nos viene a la cabeza es Deep Blue. ¿Os acordáis? Ese pedazo de CPU gigantesca propiedad de IBM que puso contra las cuerdas y venció en una partida de ajedrez al mismísimo Gary Kasparov, una de las mentes más privilegiadas de la raza humana. En su primer enfrentamiento, el ruso fue el flamante ganador, pero al año siguiente, con ciertas mejoras, se produjo el milagro. Una máquina era capaz de vapulear al ajedrecista sumo. Muchos lo entendieron como un punto de inflexión para el ser humano. Algo creado por nosotros no solo era capaz de mejorarnos en cuestiones físicas, sino que vencía a los mejores especímenes humanos en campos como la lógica. Pronto en nuestra cabeza se agolparon imágenes de Terminator y sci-fi de medio pelo, donde las máquinas sacaban látigos holográficos para fustigarnos en un futuro de esclavitud para los moradores humanos del planeta Tierra.
La inteligencia artificial comienza a aflorar
Pues bien, lo que aquí os venimos a contar es otra vuelta de tuerca más. Y es que DeepMind (que es la delegación de inteligencia artificial de Alphabet, para que nos hagamos a la idea) sacó allá por octubre de este mismo año AlphaGo Zero, una evolución de su inteligencia artificial que había aprendido a jugar al Go (juego chino de tablero estratégico con miles de años de antigüedad) sin ayuda humana alguna. En cosa de dos horas se convirtió en el mejor del mundo.
No contenta con ese hito, una segunda actualización de la máquina también ha conseguido fehacientemente ser el mejor dispositivo (humano o no) jugando al ajedrez y venciendo a uno de los motores de ajedrez más potentes del mundo -llamado Stockfish) y a una suerte de variación japonesa del mismo llamado shogi. Y todo ello, con pocas horas de entrenamiento. Su cometido, pese a que parezca lo contrario, no es convertirse en la mejor inteligencia del mundo en estos menesteres de juegos estratégicos. En realidad, solo está entrenando por su cuenta.
La clave de esta evolución llamada AlphaZero consiste en el autoaprendizaje. Es capaz de aprender por sí sola sin la mediación humana o cualquier otro tipo de agente externo. Lo de empecinarse con estos juegos es un calentamiento, ya que el objetivo final es poder aplicar estas técnicas de aprendizaje en muchos otros ámbitos. La evolución de Google DeepMind, los encargados del proyecto augura muy buenas cosas de cara a que se produzca un salto cualitativo definitivo en este campo.